11 de Marzo 1949 y 1973 la misma fecha dos triunfos históricos del Pueblo de la Nación

11 de Marzo 1949 A 75 años de la promulgación de la Carta Magna de Juan Domingo Perón. La Constitución del 49 como bandera contra las políticas de Milei. Cientos de personalidades de la cultura, el sindicalismo y los movimientos sociales firmaron un documento que reivindica la reforma constitucional del peronismo, que fue abolida por la fusiladora. “Celebramos un pasado vivo”, dice el texto, que opone las políticas fundamentales del Estado de Bienestar al plan motosierra y al ajuste del macri-mileísmo.

Las reformas que se aplicaron se traducían en la idea de la institucionalización del Estado de Bienestar

Cientos de trabajadores, personalidades de la cultura, la política, los gremios y los movimientos sociales reivindicaron con un documento la vigencia y actualidad de la Constitución Nacional de 1949. “Incorporaba los derechos, el monopolio estatal sobre el comercio exterior, la férrea defensa de los recursos naturales”, señalaron en una declaración conjunta al cumplirse 75 años de la promulgación de la Carta Magna durante la primera presidencia de Juan Domingo Perón y apuntaron contra las políticas neoliberales que impulsa el presidente Javier Milei.

“Este 11 de marzo se cumplen 75 años de la promulgación de la Constitución Nacional de 1949 -señala la declaración en el arranque–. Rigió hasta 1956, cuando la fusiladora la abolió. Hostigada, vilipendiada. Desaparecida por la Convención Constituyente de 1994 que la excluye entre las reformas preexistentes. Nada diferente que lo padecido por el Pueblo a lo largo de décadas”, destacaron en el documento esgrimido como herramienta de contraste con el plan de reducción y vaciamiento del Estado que puso en marcha Milei desde la Casa Rosada. “Celebramos un pasado vivo”, reivindican los firmantes y recuerdan que en su preámbulo, Juan Domingo Perón y Arturo Sampay confieren rango constitucional a la soberanía política, la independencia económica y la justicia social. “La existencia de estos principios explica el odio desatado sobre ellos por el macrimileismo. Con más la Democracia Grande, constituyen banderas cruciales para revertir el atraso e injusticias”, indicaron en el texto. “No eran sólo palabras La Constitución de 1949 fue promovida durante el primer gobierno de Juan Domingo Perón. Las reformas que se aplicaron se traducían en la idea de la institucionalización del Estado de Bienestar, pero también se instituyó que la educación pública fuera laica, reduciendo la injerencia de la Iglesia católica. El texto enumera: nacionalización del Banco Central, de los ferrocarriles, energía eléctrica, teléfonos; resignificación del IAPI -Instituto Argentino de Promoción del Intercambio, ente estatal que centralizaba el comercio exterior para una mejor distribución de la riqueza-, las Juntas de Granos y Carne, la creación de Aerolíneas Argentinas, la CNEA (Comisión Nacional de Energía Atómica) y de una flota de bandera nacional; la negativa al ingreso al FMI, una medicina al servicio del pueblo y la democratización del papel de las mujeres, indicaron en la declaración” “Parecían peldaños de un recorrido unidireccional. Pero, ¡cuánto hemos retrocedido! Los poderes globales, ensoberbecidos, descargan a su paso desigualdades y atropellos. Los dones de la naturaleza y las tecnologías son apropiados por unos pocos. Y, en consecuencia, denegados a la inmensa mayoría de la humanidad”, apuntaron a modo de denuncia en otro tramo del documento.

“La CN49 incorporaba los derechos, el monopolio estatal sobre el comercio exterior, la férrea defensa de los recursos naturales. Tareas actuales de la agenda del Pueblo y de la Patria -explican-. Liquidaríamos así las lacras que nos agobian. Y avivaríamos las esperanzas en un futuro digno de ser vivido” “Ante la obscena tozudez de nuestros enemigos, aprendimos en carne propia que no ha habido momento en la Historia en que nuestros derechos nos hayan sido otorgados plácidamente”, afirmaron “Milei y (el expresidente Mauricio) Macri, tributarios de la dependencia, solícitos con los poderosos, serviciales con el Fondo, raudos para pagar una deuda odiosa e impagable, contraída y fugada por Caputo y cómplices, pero trasladada a nosotros vía devaluación y ajuste. ¿Libertarios? La única Libertad que les vale es la de sus mandantes y la suya propia”. “Atravesamos una severa crisis política, económica, social -dicen-. Nos recorre el hambre”, señala con mayúsculas. “Hambre de pan, de trabajo, de tierra y techo. Hambre de salud y de educación. Hambre de Justicia y Soberanía. Por tanto avisamos que ‘la Patria no se vende… Se defiende’. ‘La Justicia social es ¡ya!’. Jamás súbditos. Unidos y Organizados”, destacaron en la proclama y subrayaron que “suscribimos este abrazo a la CN49 luchadores del movimiento obrero, de movimientos sociales, de los jubilados, del campesinado, de las mujeres, del estudiantado y la juventud, de las pymes, intelectuales y profesionales, organizaciones de la cultura, de defensa de la soberanía, del ambiente y los Derechos Humanos. Provenientes de las distintas tradiciones políticas y/o culturales del campo nacional y popular, va nuestra conmemoración de un pasado insigne y el compromiso de lucha presente”.

11 de Marzo 1973 triunfo de el Frente Justicialista de Liberación Nacional

“El eje de la campaña electoral de 1973 fue la militancia juvenil” Feinmann, José Pablo. Página/12. Los 18 años de lucha». Peronismo: filosofía política de una obstinación argentina.

En las elecciones presidenciales de Argentina de marzo de 1973 fue elegido el peronista Héctor J. Cámpora como presidente y el conservador Vicente Solano Lima como vicepresidente, candidatos del Frente Justicialista de Liberación (Frejuli). Fueron organizadas por la dictadura autodenominada “Revolución Argentina”, encabezada en ese momento por el general Alejandro Agustín Lanusse, que había tomado el poder en 1966, como parte de la serie de dictaduras militares en América Latina, en el marco de la Doctrina de la Seguridad Nacional elaborada por EEUU en la Guerra Fría. La dictadura pretendía un proceso electoral controlado por los militares, llamado “Gran Acuerdo Nacional”, un amplio frente de partidos políticos llamado La Hora del Pueblo, apoyado en el acuerdo de las tres principales fuerzas políticas (peronismo, radicalismo y frondizismo), rechazó las imposiciones militares y reclamó «elecciones libres y sin proscripciones». Finalmente se impuso una convocatoria amplia y sin condiciones, pero impidiendo con una estratagema formal que Juan Domingo Perón, quien había sido exiliado durante 18 años, pudiera presentarse como candidato. La exclusión de Perón de las elecciones de marzo, relativizaría la representatividad del presidente Cámpora y llevaría a su renuncia dos meses después, para permitir la realización de elecciones sin ninguna exclusión.

Antecedentes: La dictadura había impuesto en 1972 una reforma constitucional (ilegal) que reformó el sistema electoral para que el presidente se eligiera por voto directo y mayoría absoluta de votos, y sancionó una maniobra electoral que en caso de no alcanzar ese porcentaje en la elección primaria, se realizaría una segunda vuelta o balotaje entre candidatos que consiguieran más del 15%, con la idea que el voto antiperonista se impusiera Además redujo el mandato presidencial a cuatro años y sincronizó todos los mandatos ejecutivos y legislativos, de modo que hubiera elecciones sólo una vez cada cuatro años.

Héctor J. Cámpora obtuvo en primera vuelta el 49,53% de los sufragios, desbaratando los planes de la dictadura. Ricardo Balbín, de la Unión Cívica Radical, logró un débil segundo lugar con el 21,29 % y Francisco Manrique, candidato de la dictadura, obtuvo el tercer lugar pero sin alcanzar el 15 % que le hubiera permitido ir al balotaje. Pocos días después, Balbín anunció que no se presentaría en la segunda vuelta y Cámpora fue proclamado presidente

APORTE del ESPACIO de DDHH y Memoria Colectiva de Diamante (ex presxs politicxs, familiares de víctimas de la dictadura cívico militar eclesiástica y empresarial y militantes políticos gremiales y sociales)