Un restaurante de Colón abrió sus puertas como hogar en Nochebuena para quienes no tenían qué celebrar

En un gesto de solidaridad navideña, el restaurante Cabaña Puerto de Palos, en Colón, transformó sus instalaciones en un refugio culinario para quienes enfrentaban la Nochebuena sin un plato de comida.
La iniciativa, organizada por la familia propietaria del lugar, se materializó en pocos días mediante donaciones y trabajo voluntario, con el único requisito de tener necesidad.
La idea surgió de manera espontánea durante una conversación entre los dueños, Paola Silva y su marido. “Veníamos en el auto y dijimos: ‘¿Qué te parece si preparamos una fiesta para la gente que no tiene qué comer?'”, relató Silva a Elonce. Con una capacidad para 900 personas y la infraestructura ya disponible, decidieron lanzar la convocatoria con apenas una semana de antelación, autogestionando los preparativos iniciales.
La invitación se viralizó a través de un video en redes sociales, dirigido explícitamente a quienes no tuvieran dónde cenar esa noche, sin pedir ningún tipo de justificación. “La idea era que se sentaran a comer con nosotros, como invitados”, explicó Paola. El menú completo —entrada, principal y postre— se sirvió con mantel, cubiertos y música en vivo, buscando replicar la experiencia de cualquier comensal habitual.
A pesar de los intentos por coordinar con organismos municipales para facilitar el traslado de personas, la logística finalmente recayó en los organizadores. Muchos de los aproximadamente 80 asistentes inicialmente se mostraron temerosos de ingresar al establecimiento. “Tuvimos que salir a buscarlos porque tenían miedo, nunca habían venido a un lugar así”, señalaron los anfitriones.
La velada contó con el apoyo clave de comercios locales y vecinos, que donaron alimentos, juguetes, sidra y pan dulce. Un Papá Noel voluntario entregó regalos, creando momentos emotivos, especialmente para los niños. Al finalizar, el excedente de comida y donaciones se empaquetó en viandas y fue repartido en el vecindario, incluso entre pacientes de un hospital cercano. Los organizadores, conmovidos por la experiencia, afirmaron que la voluntad es el único ingrediente necesario para repetirla. “Con voluntad se puede hacer, es sencillo”, concluyó Paola Silva.
