Argentina avanza hacia el cambio de huso horario con media sanción en Diputados

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La Cámara de Diputados de Argentina aprobó con 151 votos a favor, 66 en contra y 8 abstenciones un proyecto de ley que propone modificar el huso horario del país durante el invierno, buscando alinear los relojes con la luz solar para optimizar el uso de la energía eléctrica.

La iniciativa, que ahora aguarda la aprobación del Senado para convertirse en ley, establece que los relojes se atrasen una hora el primer domingo de abril y se adelanten el primer domingo de septiembre de cada año. Este cambio busca aprovechar mejor la luz natural y reducir el consumo energético en el país.

El proyecto, impulsado por legisladores como Julio Cobos (UCR), Pamela Calletti (Innovación Federal), Gisela Marziotta (UxP) y Oscar Agost Carreño (Encuentro Federal), define que Argentina adoptará el huso horario UTC-4 durante el invierno, en línea con el Sistema Internacional de Husos Horarios. Durante el período estival, se empleará el huso UTC-3 para adaptarse a las necesidades estacionales. La propuesta también invita a los países del MERCOSUR a coordinar cambios horarios similares para facilitar actividades comerciales, financieras y de transporte en la región.

Un informe del CONICET de 2022, presentado en la Legislatura de Mendoza, respalda la iniciativa al señalar que el uso del huso UTC-4 en invierno podría generar un ahorro significativo de energía. Por ejemplo, en aulas escolares, el consumo eléctrico podría reducirse de 104,3 kWh a 59,7 kWh. Aunque algunas empresas del sector energético consideran que el ahorro sería limitado, la propuesta también pone énfasis en beneficios para la salud pública y la calidad de vida, al permitir un mejor aprovechamiento de la luz diurna.

La historia de Argentina con los cambios de huso horario no es nueva. En décadas pasadas, el país implementó ajustes similares para enfrentar crisis energéticas, priorizando el uso eficiente de la luz natural. La propuesta actual retoma estas experiencias, pero incorpora un enfoque moderno que considera tanto el impacto ambiental como el bienestar de la población. De aprobarse en el Senado, el cambio entrará en vigor a partir de 2026, marcando un hito en la gestión del tiempo en el país.

El proyecto también estipula que el Poder Ejecutivo realizará estudios periódicos para evaluar los efectos de esta medida, asegurando que se mantenga su efectividad y pertinencia. Mientras el debate continúa en el Senado, la sociedad argentina comienza a prepararse para un posible cambio en su rutina diaria, que podría transformar la forma en que se organiza el tiempo en el país, con un enfoque en la sostenibilidad y la eficiencia.