Autismo: un espectro diverso que demanda comprensión y apoyo

20250402 09

El autismo no es una enfermedad, sino una condición del neurodesarrollo que se manifiesta de manera única en cada persona. Al ser un síndrome, sus síntomas varían en intensidad y combinación, haciendo que cada caso sea distinto. Esta diversidad exige enfoques personalizados para potenciar las habilidades comunicativas, sociales y cognitivas de quienes lo presentan.

En el ámbito del lenguaje, aproximadamente la mitad de las personas con autismo desarrollan el habla, pero existen múltiples herramientas alternativas para facilitar la comunicación, como pictogramas, sistemas de símbolos o tecnología adaptada. Con terapias especializadas, se pueden superar muchas barreras, enseñándoles estrategias para interactuar y expresar sus necesidades. La socialización representa otro desafío, pero con intervenciones estructuradas, es posible mejorar la empatía, el reconocimiento de normas sociales y la expresión emocional.

La rigidez mental y conductual es otra característica frecuente, pero con técnicas como la anticipación de rutinas, el uso de agendas visuales y el respeto por sus intereses, se logra mayor flexibilidad. Contrario a algunos mitos, las personas con autismo experimentan y expresan emociones—alegría, tristeza, enojo o afecto—aunque a veces lo hagan de formas menos convencionales debido a diferencias sensoriales y cognitivas.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), 1 de cada 160 niños tiene un Trastorno del Espectro Autista (TEA), aunque algunos estudios reportan cifras más altas. Este aumento en los diagnósticos se atribuye a una mayor conciencia social, criterios clínicos más amplios y mejores herramientas de detección. Sin embargo, en países con menos recursos, la prevalencia sigue siendo incierta por falta de estudios.

La integración efectiva de las personas con autismo requiere políticas públicas, recursos educativos y sanitarios adaptados, así como una sociedad informada que promueva la inclusión. Los desafíos principales incluyen dificultades en comunicación, interacción social y comportamientos repetitivos, pero con apoyo oportuno, pueden alcanzar un desarrollo pleno en los ámbitos educativo, laboral y personal. La clave está en entender sus necesidades y celebrar sus diferencias.

 

Nota de Omar Acosta

Esp. En Discapacidad
Presidente de la Agrupación Discapacidad y Adultos mayores Entré Ríos.