Córdoba: Ex policía absuelto en cuádruple crimen familiar ahora imputado por homicidio de adolescente

La fiscalía de Distrito Cuatro a cargo de Liliana Copello lo imputó por “homicidio agravado por uso de arma de fuego”, reavivando las controversias sobre su historial judicial.
Carlos Caligaris (61), exagente policial que en 1996 fue absuelto por el asesinato de su esposa y sus tres hijos en Córdoba, vuelve a estar en el centro de la escena judicial tras ser detenido como principal sospechoso del crimen de Mateo Ochoa (15), ocurrido esta semana en barrio Villa Rivera Indarte.
El cuádruple crimen que conmocionó a Córdoba en 1994 –donde Graciela Comas y sus hijos de 7 y 5 años fueron ejecutados con disparos en la sien y el pecho– terminó con la absolución de Caligaris por “falta de pruebas contundentes”. Sin embargo, Marta Rizzotti, abogada querellante en aquel caso, declaró a los medios que siempre estuvo “convencida de su culpabilidad”: “Pedimos prisión perpetua, pero la Cámara consideró que los indicios no alcanzaban para condenarlo”, recordó con frustración.
Entre las pruebas desestimadas en 1996, Rizzotti destacó circunstancias sospechosas: Caligaris había contratado un seguro de vida a favor de su familia que activaba tres meses antes del crimen, y testigos afirmaron que, a la semana de los asesinatos, ya reclamaba el cobro. “¿Qué padre en duelo prioriza el dinero sobre el dolor?”, cuestionó la letrada. Además, la precisión de los disparos –en zonas letales– sugería conocimiento técnico, descartando la teoría de un “delirio místico” que se esgrimió en su defensa.
El reciente homicidio de Ochoa, ocurrido en la madrugada del jueves cuando el adolescente recibió un balazo en el pómulo, colocó nuevamente a Caligaris bajo la lupa. Vecinos señalaron que trabajaba como vigilante privado en la zona y portaba armas con frecuencia. Aunque la fiscalía investiga si actuó durante un presunto robo –algunos residentes acusan al joven de hurto–, el historial del imputado genera interrogantes. Al ser detenido, el hombre se mantuvo en silencio.
Mientras la justicia cordobesa avanza en el nuevo caso, Rizzotti reflexionó con amargura sobre las oportunidades perdidas: “Si en 1996 hubieran valorado nuestras pruebas, quizás Mateo estaría vivo”. La sombra del cuádruple crimen de San Martín persiste, ahora entrelazada con una tragedia actual que reactiva debates sobre impunidad y fallos judiciales controvertidos.