De Ángeli: Del campo al silencio senatorial, una gestión marcada por ausencias y escasa producción

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Alfredo De Ángeli, el exdirigente rural que irrumpió en el Senado por Entre Ríos en 2013 como voz del agro, acumula una década de mandato con un historial legislativo casi nulo: en 2023 no presentó un solo proyecto de ley, limitándose a declaraciones protocolares sobre ferias ganaderas y adhesiones simbólicas.

Fuentes parlamentarias destacan que su actividad se reduce a intervenciones mediáticas, lejos de las iniciativas concretas que prometió al llegar desde los piquetes de 2008.

En votaciones cruciales para sectores vulnerables, el senador optó por la abstención o la ausencia directa. El 10 de julio de 2025 faltó al debate sobre actualización jubilatoria y moratoria previsional; en octubre, se abstuvo cuando el pleno rechazó vetos presidenciales para garantizar fondos al Hospital Garrahan y a las universidades públicas. Estas omisiones, registradas en actas oficiales, contrastan con su discurso de defensa de “los que menos tienen” y facilitaron recortes en áreas sensibles.

Presidiendo la Comisión de Agricultura desde hace años, De Ángeli no convocó reuniones ni generó dictámenes relevantes en el último período, según crónicas periodísticas y el propio registro del Senado. La mesa que debería liderar políticas para el sector productivo primario permanece inactiva, mientras el legislador percibe dietas completas y beneficios asociados al cargo, alimentando críticas por desconexión con la realidad del campo entrerriano.

El pasado del senador incluye un expediente judicial abierto en 2008 por el fiscal Guillermo Marijuán, que investigó sus declaraciones sobre “gente armada” en rutas durante el conflicto agropecuario, por presunta intimidación pública e incitación a la violencia. Aunque archivado, el caso resurge como sombra en su trayectoria pública, cuestionando la coherencia entre su rol de protesta callejera y la responsabilidad institucional que hoy ejerce.

Entre Ríos observa cómo su representante nacional prioriza apariciones televisivas sobre labor legislativa efectiva, encarnando la paradoja de quien denunciaba a la “casta” y terminó integrado a un sistema de privilegios sin rendir cuentas. Mientras jubilados, niños con cáncer y estudiantes universitarios dependen de decisiones que él elude, la pregunta persiste: ¿a quién representa realmente el “hombre del campo” en el Congreso?.

Nota con información de Impacto Noticias