Diamantinos por el mundo

Foto: Gentileza de Región Litoral

Diamante, ciudad dotada de bellos paisajes y grandes posibilidades de bienestar y progreso, hoy atada al abandono del crecimiento exponencial de otras ciudades.

Nuestra querida ciudad se ha convertido desde hace mucho tiempo, en una ciudad exportadora de personas con ganas de progresar, de conseguir en otros lugares, como dice una vieja canción de Carlos Santa María, ”No me cabe en la cabeza, como una tierra tan rica, no puede dar a sus hijos, lo poco que necesitan”.

Podría dar muchos nombres que hoy me vienen al recuerdo y que andan por diferentes partes del país, y del mundo forjándose su futuro o su presente y haciendo grande al país, pero más triste resulta saber que se han afincado en dichos lugares y no vuelven a nuestra ciudad, desarraigo de por medio, donde muchos padres han fallecido y por la distancia no se han podido despedir de sus hijos por la distancia, y muchos otros sufren la nostalgia de no poder compartir una navidad o comienzo de años por la misma razón y por lo incómodo y costoso del traslado.

Cuánta razón tenía el trovador diamantino Carlos Santa María cuando escribió el tema “Lo que el río se llevó”, es incomprensible que Diamante, por ignorancia, por comodidad, por revanchismo político o por conveniencia, la ciudad siga postrada en una decadencia que parece que las autoridades apuestan por la desaparición de la Ciudad Blanca en lugar de su progreso, y esto abarca a todos los sectores.

Vayan nuestros saludos a todos aquellos trabajadores que hoy se han convertidos en ciudadanos de diferentes lugares de nuestro país y del mundo, que aún, habiéndose afincado en dichos lugares no se han olvidado de su terruño natal y aunque sea por medios electrónicos mantienen un contacto con “su ciudad” y sueñan con poder contemplar el río desde sus barrancas, mirar el atardecer entre la gran cantidad de islas sobre el Paraná mientras saborea unos ricos mates.

Que lindo sería que pudieran llevar adelante ese sueño que llevan oculto en lo más profundo de su corazón y al escuchar a “LAS VOCES DE MONTIEL”, digan “Volvamos al Pago” y encuentren la alegría de tener todo lo que se merecen y necesitan.