El bisnieto de la casta
El retrato del candidato a gobernador en las filas de Milei convoca a repasar la historia y hurgar la inestabilidad de las identidades políticas.
Un día, no importa la fecha, Enrique Ezquenazi había convocado a personalidades de la ciudad al ex Hotel Mayorazgo para hacer un anuncio en torno al banco Bersa. El periodista Jorge Riani se acercó al lugar para hacer la cobertura y se encontró con Arturo Roosevelt Etchevehere y en un cruce, si se quiere chicanero, le preguntó: “¿qué diría tu abuelo de todo esto?” Hacía referencia a Luis Lorenzo Etchevehere, quien como gobernador en la década del ‘30 fundó el Banco de Entre Ríos, una entidad netamente estatal. La respuesta fue poco creativa: “Billetera mata galán”.
El bisnieto de ese gobernador es hoy candidato por el mismo cargo en las filas de Javier Milei. El autodefinido “anticasta”.
Luis Lorenzo Etchevehere (1875-1935) fue el que dio el primer paso en política cuando fue vicegobernador del padre del radicalismo entrerriano, Miguel Laurencena. Luego lo iba a suceder en el sillón de Urquiza. Luego fue senador nacional.
Llegó al Poder Ejecutivo en 1931 de la mano del primer partido de masas, pero antes había sido soldado del conservadurismo. Ya al frente de la botonera, el doctor Etchevehere creó un banco estatal que tenía como premisa otorgar créditos a muy baja tasa para la producción. Esa iniciativa iba a ir acompañada por la promulgación de una ley de tierras que puso en marcha un proceso de colonización agraria. Fue una especie de reforma que, plantear algo similar hoy, sería vista como un delirio.
En 1933, en la gestión Etchevehere, su hijo Arturo Julio se convirtió en el convencional constituyente más joven y en miembro informante de una iniciativa que iba a catapultar al texto magno en la historia progresista de la provincia: no incluir un preámbulo para, así, evitar otorgarle a ese contrato social, como es una Constitución, una religión determinada. Etchevehere entendía que la Iglesia debía estar separada de cualquier asunto de Estado.
Arturo Julio, el abuelo del candidato de Milei, fue vocal del Superior Tribunal de Justicia (STJ), pero antes defensor de pobres y menores. El Poder Judicial lo abandonó para sumarse al gabinete del gobernador radical Enrique Mihura como ministro de Gobierno. Se puede decir que los Etchevehere fueron funcionarios de los tres poderes del Estado. Más casta imposible. Mihura fue yrigoyenista, proceso al que Milei pone como el inicio de la decadencia de la Argentina y que los Etchevehere de la primera generación iban a mirar con malos ojos.
Sin embargo, a partir de esa generación va a comenzar el giro ideológico de la familia. Arturo Julio cultivó el antiperonismo, el otro partido de masas de la Argentina, a tal punto de convertirse en candidato a vicepresidente de Pedro Eugenio Aramburu para enfrentar no solo a una fórmula radical (porque el peronismo estaba proscripto), sino a un a fórmula cuyo vice era otro entrerriano: Carlos Perette, que acompañó a Arturo Illia en la elección que se impuso en 1963.
Recién el tío de Sebastián, Arturo Roosevelt, iba a retomar la actividad política y volver a las filas del radicalismo. En 1994 y 1999 perdió la interna para gobernador con Sergio Montiel. Luego fue diputado nacional por la UCR.
El padre del referente de La Libertad Avanza en Entre Ríos, Luis Félix Etchevehere, no hizo política partidaria, sino que la practicó desde la conducción de El Diario, que en sus inicios en 1914 fue un órgano de comunicación partidaria asociado a la UCR. Desde su matutino se vinculó fuertemente con la dirigencia, en especial con Jorge Busti, quien para no tener problemas le regaló un campo en las inmediaciones de Santa Elena que pertenecía a una escuela agrotécnica. Zahorí, como se lo llamaba, lo había usurpado para agrandar el suyo. En ese diario Sebastián fue el único de los hermanos que hurgó durante un buen tiempo, pero no desde lo periodístico.
Los Etchevehere 4G dieron a la política a dos dirigentes. Ambos vinculados al campo, la antigua actividad de toda la familia y de la que levantaron un imperio medido en hectáreas y ganado. Luis Miguel se convirtió en el ministro de Agroindustria de Mauricio Macri; en coincidencia su hermano Juan Diego presidió la Sociedad Rural Argentina (SRA) en la filial Paraná. También tuvo su paso por el Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom) en Entre Ríos durante el macrismo. Ambos prestaron servicios al gobierno anterior enrolados en la escudería PRO.
Sebastián estuvo siempre alejado de la política pese a la historia familiar, incluida la de sus hermanos.
Junto con Luis Miguel, Juan Diego y su madre Leonor Barbero Marcial, están denunciados por su hermana Dolores en un litigio que tuvo vidriera nacional por la herencia tras el fallecimiento del padre, además de un cúmulo de delitos que se les imputa, entre ellos el vaciamiento del diario.
La cercanía de Sebastián con Milei fue fruto de la casualidad. O, por lo menos hasta donde se sabe. Un buen día, cuenta el candidato a gobernador, lo fue buscar a su casa un tal Dario Baéz, un personaje que fue presidente de la Juventud Radical, paso seguido tributó en las filas del gobernador peronista Sergio Urribarri y se convirtió en vecinalista para adherir a las propuestas de un ex correligionario suyo, Sergio Varisco. Ahora Báez y Etchevehere cantan “la casta tiene miedo, la casta tiene miedo”.
La historia suele encontrar hilos conductores para ser narrada y tratar de entenderla. Sebastián Etchevehere se casó en 1994 con Isabel Rodríguez Varela. Al evento asistió Carlos Menem, el “mejor presidente de la historia” según el economista libertario. Pero no iba a ser la presencia del jefe de Estado de entonces el único que daría la nota, sino que también estuvo Jorge Rafaél Videla. La invitación del dictador vino por el lado del suegro de Sebastián, Alberto Rodríguez Varela, ministro de Justicia, nada menos, que de la dictadura cívico militar y luego representante legal en los juicios de lesa humanidad.
Las identidades políticas tienen accidentes a lo largo de la historia, como se ve cada vez con más frecuencia.
Si Arturo Etchevehere le contestó a Riani que “billetera mata galán”, ¿qué contestaría Sebastián sobre la premisa de su candidato a presidente que entre sus propuestas inscribe la de quemar el Banco Central?
Nota de Federico Malvasio para el sitio Pagina Politica, con colaboración de Jorge Riani, periodista, escritor y autor del libro El imperio del Quijote. La historia oculta de un diario que influyó en la política argentina.