El cónclave eligió al cardenal Robert Prevost como nuevo Papa: tomó el nombre de León XIV

Este jueves 8 de mayo, el cónclave vaticano eligió como nuevo Sumo Pontífice al cardenal estadounidense Robert Francis Prevost, de 69 años, quien adoptará el nombre de León XIV en honor al papa León XIII, conocido por su compromiso social y apertura diplomática.
La elección se produjo en la cuarta votación, tras intensas deliberaciones entre los cardenales electores, y marca el inicio de un nuevo pontificado que busca dar continuidad al legado del fallecido papa Francisco.
Prevost, nacido en Chicago el 14 de septiembre de 1955, posee una destacada trayectoria pastoral y académica. Ordenado sacerdote en 1982 tras ingresar a la Orden de San Agustín, desarrolló gran parte de su ministerio en Perú, donde vivió más de 18 años ejerciendo como formador de seminaristas y obispo de Chiclayo. Su profundo conocimiento de la realidad latinoamericana y su estilo conciliador lo posicionaron como una figura de consenso dentro del colegio cardenalicio.
Antes de su elección, el nuevo Papa ocupaba el estratégico cargo de prefecto del Dicasterio para los Obispos, desde donde supervisaba los nombramientos episcopales en todo el mundo. También presidía la Pontificia Comisión para América Latina y formaba parte de siete organismos vaticanos, demostrando su capacidad de gestión y la confianza que había depositado en él el papa Francisco.
Su pontificado se enfrenta sin embargo a algunos desafíos, incluyendo cuestionamientos por su manejo de casos de abuso sexual durante su ministerio en Perú y Estados Unidos. Si bien sus defensores argumentan que siempre actuó conforme a los protocolos canónicos, estos episodios podrían marcar los primeros meses de su gobierno al frente de la Iglesia.
Analistas vaticanos destacan que la elección de León XIV representa una apuesta por la continuidad en temas sociales y pastorales, combinada con un enfoque más institucional. Su experiencia transatlántica -con raíces norteamericanas y amplia labor en Latinoamérica- lo posiciona como un pontífice capaz de entender las diversas realidades de la Iglesia global en este complejo siglo XXI.