Homenaje al Libertador San Martín

20230816-05

Con motivo del aniversario del fallecimiento 17/8/1850, del Libertador José Francisco de SAN MARTÍN y a solicitud del portal Neonetmusic y de la Página web del IPCYMER elaboramos una serie de artículos para ser publicados oportunamente. Sobre párrafos de nuestro libro Dos José, un mismo destino: La Patria Grande

“En la praxis de José Artigas y de José de San Martín, correspondencia entre acciones, y discursos, se puede descubrir en ambos, – siempre en términos contextualizados en la época que vivieron- una preocupación singular por el reconocimiento y la equiparación de derechos, que no registran la Declaración de Virginia, antecedente de La Declaración de la Independencia de EEUU de Norteamérica, ni la Declaración de los Derechos del Hombre de la Revolución Francesa, paradigmas del sistema patriarcal, racista y clasista, de la colonización epistemológica que nos impuso el poder hegemónico de la mano del centralismo porteño hace ya más de 216 años.

Cuando decidimos investigar las versiones de la historiografía tradicional convertidas en el relato académico oficial e institucionalizado, sacamos a la luz datos ocultos y registramos historias de vida, que incluyen a negados protagonistas de nuestras patrias chicas dentro de la Patria Grande. Este esfuerzo se justificaba en la medida que aportáramos a la memoria colectiva, el rescate de seres emergentes de los pueblos, y no sólo las figuras de héroes casi semidioses, asépticos, inmutables y lejanos, forjadas en añosos bronces y percudidos mármoles. Nuestro objetivo; hacer visibles, e incorporar a hombres y mujeres que encarnaron en una dimensión patriótica masiva, y anónima, las fuerzas que acompañaron e hicieron de Artigas y San Martín los máximos referentes de los países del Cono Sur.

Desde la perspectiva crítica latinoamericana, extender la mirada de manera abarcativa permite observar aspectos centrales de la construcción política social y cultural de aquellos liderazgos y la relación con los sectores mayoritarios de la sociedad colonial y postcolonial excluídos de los beneficios institucionales: los y las de abajo: criollos pobres, mestizos de trabajadores de las ciudades y de los campos, indígenas americanos y africanos (indios/as y negros/as al decir de entonces…todavía vigente) y… las mujeres.

A José Artigas se lo encasilla como un caudillo feudal provinciano empecinado en la defensa de las patrias chicas por lo tanto un prócer de la Banda Oriental, desmentidas de manera rotunda en las reflexiones de su vejez puestas por la pluma del General Paz en sus “Memorias”, cita al anciano Artigas “yo no hice otra cosa que responder con la guerra, á los manejos tenebrosos del Directorio, y á la guerra que él me hacía por considerarme enemigo del centralismo el cual sólo distaba entonces un paso del realismo. Tomando por modelo á los Estados Unidos, yo quería la autonomía de las Provincias, yo quería que fueran Estados, y no Provincias, lo cual se aviene mejor con el sistema confederado; – dándole á cada Estado, su gobierno propio, su Constitución, su bandera, y el derecho de elegir sus Representantes, sus Jueces y sus Gobernadores, entre los ciudadanos naturales de cada Estado -. Esto era lo que yo había pretendido para mi Provincia, y para las que me habían proclamado su protector. (…) Pero los Pueirredones y sus acólitos, querían hacer de Buenos Aires, una nueva Roma imperial mandando sus procónsules a gobernar, las Provincias militarmente, y despojarlas de toda representación política, como lo hicieron rechazando los diputados al Congreso que los pueblos de la Banda Oriental habían nombrado, y poniendo a precio mi cabeza (…)”

A José de San Martín, se lo presenta entre los grandes héroes del siglo XIX como un genio militar, de gran compromiso ético, pero conflictiva visión política, quizás una muestra como idea fuerza del pensamiento sanmartiniano, el 22 de julio de 1820, en Valparaíso, Chile en su famosa proclama a los habitantes del Río de la Plata: yo no puedo menos que comprometer mi existencia y mi honor por la causa de mi país; y sea cual fuere mi suerte en la campaña del Perú, probaré que desde que volví a mi patria, su independencia ha sido el único pensamiento que me ha ocupado y que no he tenido más ambición que la de merecer el odio de los ingratos y el aprecio de los hombres virtuosos”. Para San Martín, aquel “nosotros” tenía una connotación social inédita para la mirada elitista de muchxs de los habitantes del Río de la Plata. (…) “Los ricos y los terratenientes se niegan a luchar, no quieren mandar a sus hijos a la batalla, me dicen que enviaran tres sirvientes por cada hijo para no tener que pagar las multas, dicen que a ellos no les importa seguir siendo colonia. Sus hijos quedan en sus casas gordos y cómodos, un día se sabrá que esta Patria fue liberada por los pobres, y los hijos de los pobres, nuestros indios y los negros, que ya no volverán a ser esclavos”. Esta mirada acerca del “pueblo argentino” compuesta en su mayoría por “los hijos de los pobres” contrasta las versiones mezquinas y sesgadas del elitismo porteño.

Artigas y San Martín, ejercieron el poder político entre 1813 y 1822, uno, José Artigas; sobre siete provincias de la actual Argentina, Entre Ríos, Corrientes, Las Misiones, Santa Fe, Córdoba y la actual República Oriental del Uruguay. El otro, José Francisco San Martín, sobre la región de Cuyo con las provincias de Mendoza, San Juan y San Luis, y dos países vecinos Chile y el Perú. En esos años, expropiaron y distribuyeron riquezas, establecieron un sistema de igualdad entre los habitantes de las regiones bajo su influencia, promovieron un Estado que generó fuentes de trabajo, privilegió la producción local y regional, la educación y la salud para toda la población y sostuvieron sus decisiones y liderazgo mediante asambleas populares y congresos políticos.

Durante más de siglo y medio, se escribió un relato de la historia, efectuando simbólicamente dos operaciones: saquearon de contenidos nacionales y populares y por lo tanto democráticos, los proyectos políticos, económicos y sociales que encarnaron ambos próceres, cambiándolos por las interpretaciones sesgadas de los poderes hegemónicos de las ciudades puerto de Bs As y Montevideo. Simultáneamente, se desvalorizó y minimizó su protagonismo como líderes emergentes del nuevo sujeto político (el pueblo) surgido en las luchas independentistas.

Nota

Rescatamos de publicaciones anteriores en este medio “En la construcción de estos relatos, colaboró la negación de la figura de José Artigas y su liderazgo de Los Pueblos Libres en las luchas independentistas por la igualdad y la emancipación social, esta desvalorización en la historia oficial, tiñe aún la enseñanza en los ámbitos académicos y educativos. Aquí incluímos una crítica al revisionismo tradicional, el señalamiento de una línea del tiempo histórica nacional y popular, se basa en la conferencia magistral de Raúl Scalabrini Ortiz del año 1937 donde sintetiza en dos personajes: Mariano Moreno y Bernardino González Rivadavia, inscribiendo los idearios fundacionales de lo que llamó “las dos rutas de Mayo” definiendo la de Moreno como popular revolucionaria y latinoamericana, y la de Rivadavia como: elitista porteña y pro europea. Más tarde en 1948 para diferenciarse más del liberalismo de Mitre y su contracara el nacionalismo Rosista (por adhesión a Juan Manuel de Rosas) Scalabrini Ortiz, amplía conceptos y dice “Las preclaras ideas de Moreno…algunos párrafos e intenciones de Manuel Dorrego…el instinto certero de los caudillos federales y algunos relámpagos de inspiración de Juan Manuel de Rosas” y efectúa una nueva síntesis “Moreno, Rosas e Irigoyen”. Luego los intelectuales del nacionalismo y el Justicialismo tradicional, la reemplazaran por una visión capitalina y bonaerense “San Martín, Rosas y Perón”. Obsérvese la negación de Artigas, en nuestra estimación; por preconcepto y falta de conocimiento.

De similar manera, más allá de la honestidad intelectual de algunos investigadores, hoy se usan las informaciones acerca de sus vidas privadas, para destacar supuestos “oscuros” orígenes en el caso de San Martín o acciones delictivas en la juventud, en el caso de Artigas. También las relaciones con distintas mujeres y con hijos extramatrimoniales. Más allá de las controversias sobre la vida personal de ambos, los proyectos económicos y políticos sociales que representaban, están invisibilizados para la historia oficial y casi desconocidos para las renovadas discusiones revisionistas del siglo XXI”.

La organización de la economía de la región litoral mesopotámica y rioplatense, tenía para Artigas una solución política, principista y existencial. Al programa básico de 1813, lo vemos madurar en 1815 en el Reglamento Provisorio de la Provincia Oriental para el Fomento de la Campaña y Seguridad de sus Hacendados, un proyecto de reparto de tierras donde plantea que “los más infelices sean los más privilegiados”, con igualdad en la distribución de la tierra expropiada a los terratenientes “malos americanos” y europeos. Allí se incluye a los indios “por tener el principal derecho”, a los criollos pobres, mestizos y afrodescendientes y “a las mujeres viudas y con hijos”, en momentos en que la mujer dependía patrimonialmente de soltera del padre o hermano mayor y casada de su marido.

Recupera actualidad y dimensión nacional, el Reglamento Provisorio de Aranceles Aduaneros para las Provincias Confederadas de la Banda Oriental del Paraná, que estableció bases equitativas de intercambio en el mercado interno y puso fuertes impuestos a los productos importados, para proteger la producción de las economías regionales.

Artigas y la salud pública

A finales del siglo XVII y principios del XVIII, de las enfermedades contagiosas, la viruela era de las más mortales y extendidas. Tan peligrosa como la tuberculosis en el siglo XIX, el cáncer en el XX (luego el SIDA) y hoy el Covid- 19. Por ello es relevante la preocupación manifestada por el Protector de Los Pueblos Libres Don José Artigas, en conseguir y propiciar la vacunación antivariólica. Así lo registra el Archivo Artigas: “Sería benéfica ciertamente la multiplicación de la vacuna tanto en nuestra Provincia como en el entre Ríos, Corrientes y Misiones, donde especialmente hace fatales estragos. Con este socorro a la humanidad se conseguirá que no perezcan tantos como actualmente está sucediendo. He recibido el ejemplar que Vs. me remitieron y las dos lancetas. El vidrio llegó quebrado y sin virus. El físico inglés dice que todo se ha desvanecido. Por lo mismo será loable que Vs. los hagan remitir a los departamentos de la Provincia. Espero con brevedad todos los que Vs., puedan mandarme para repartirlos en estos pueblos y en todo el entre Ríos, debiendo cuidarse de su seguridad en el acomodo.” (17 de marzo de 1816, al Cabildo de Montevideo)

NOTA

Registramos también “He recibido los vidrios de vacunas que han llegado sin lesión y a un tiempo en que la viruela comienza a cundir con empeño. En Misiones me aseguran que sucede lo propio. Estimaré del celoso empeño de Vs. me remita algunas otras, luego que se recoja el virus, con algunos cuadernillos de instrucción para remitir a Misiones, Corrientes, entre Ríos y demás pueblos que necesitan de este beneficio interesante a la humanidad.” (11 de abril de 1816, al Cabildo de Montevideo)

“He recibido por correo la cajita con cinco vidrios de vacuna. Igualmente por don Manuel Macho los tres ejemplares que sirven de instrucciones para prepararla. Con este fin procuraré remitirla a las demás provincias, deseando eficazmente la extensión de este gran consuelo para la humanidad. (27 de abril de 1816, al Cabildo de Montevideo)

“Remito a usted ese libro que contiene la instrucción de la vacuna para que se ponga en todos los que no tienen viruela, que es el mejor preservativo contra este contagio desolador. Al efecto va esa instrucción manuscrita, que con ella y el cuadernito cualquiera puede hacerse cargo de vacunar a los jóvenes y conservar la vacuna. Por lo mismo remito a usted dos vidrios para que de ese modo el físico y algún otro curioso, facultativo o inteligente puedan perpetuarlo y recogerla, haciendo ese beneficio a la humanidad.” (29 de abril de 1816, al comandante Andrés Artigas)

“Remito a Vs. un cuadernito de instrucción para fomentar el progreso de la vacuna, a cuyo efecto va igualmente un vidrio con el pus suficiente para su propagación.” (2 de mayo de 1816 al cabildo de Corrientes) Fuente: Artigas y la vacunación. Archivo Artigas. Tomo Vigésimo primero. 1815- 1816 Páginas 209 a 221 (Publicado en Artigas y Entre Ríos. La Parábola de Artigas G. Balbi y A,J.Richardet colaboración G. Ekkert, Tatiana Richardet. 1ª Reimpresión 2023 Imprenta Oficial Auspicio IPCYMER. Ministerio de Gobierno Entre Ríos Y en Atención sanitaria en el MLN Tupamaros de Ma Camaño y otros. 2023 Anexo III Historicidad Pág. 260/261 Ed. Nuestra América Bs AS)

En el mismo sentido actuó San Martín, con un programa de economía basada en el desarrollo del mercado interno cuyano, que fomentó la industria regional, generó inclusión social y echó los cimientos para el crecimiento y la exportación. La concentración en Mendoza de recursos humanos y materiales, alimentos, animales, tejidos, monturas, capitales, técnicos y mano de obra proveniente de San Luis, San Juan, La Rioja, Corrientes, Córdoba y Buenos Aires; las explotaciones ganaderas y agropecuarias a cargo de la Intendencia de Cuyo en tierras privadas, la creación de talleres metalúrgicos para forjar armamento y miles herraduras para mulas y caballos. También como gobernante pidió en diciembre de 1816, al gobierno de Buenos Aires, suprimir impuestos a los licores cuyanos y gravar los importados, para proteger la industria cuyana. Redactó conjuntamente con un gran mendocino que fue Godoy Cruz, el primer proyecto proteccionista, que fue presentado ante el Congreso de Tucumán con el objetivo de concretar una ley en defensa del vino cuyano.

San Martín instaló cuestiones que eran excepcionales en 1814, cuando comenzó a gobernar. Desde la salud pública, lanzó una de las primeras campañas masivas de vacunación que se recuerden, de educación pública, fundando colegios y bibliotecas, y hasta se preocupó por el sistema carcelario, al que ordena por decreto humanizar. Años después, ya como gobernante del Perú, impulsó el Reglamento de Comercio: duplicó los derechos de importación sobre los artículos que compitieran con los regionales; eliminó aduanas interiores; impuso que sólo los peruanos podían ejercer el comercio minorista; prohibió la exportación de metálico; rebajó las tasas aduaneras a los barcos de bandera peruana o americana y creó un banco presidido por el ministro de hacienda, con accionistas particulares nativos cuyos fondos se mantuvieron siempre separados del gobierno.

Artigas y San Martín entonces, representaron los intereses de las mayorías sociales. Se convirtieron en sus líderes políticos y sus medidas económicas desde los Estados en etapa de creación impulsaron respuestas concretas para satisfacer las necesidades básicas de la gente que jugó sus proyectos de vida, su libertad, bienes materiales y hasta la propia existencia junto a estos dirigentes populares. La aplicación de estos proyectos políticos, económicos, sociales y educativos generaron el rechazo del grupo dominante que se hizo cargo de los destinos de la guerra contra el colonialismo español, luego de 1816.

De allí que ambos fueron obligados al exilio, desterrados y posteriormente tergiversadas sus trayectorias.

En este rescate, una cuestión central; a más de 40 años de la instauración del Terrorismo de Estado por el golpe cívico militar eclesiástico de 1976, sostenemos que Don José Artigas y el General José Francisco de San Martín jamás propiciaron dictaduras militares, y más importante aún, las rechazaron de plano. Presentarlos como paradigmas éticos y políticos de los autores intelectuales y materiales de los golpes de Estado y del terrorismo de Estado en Argentina y el Uruguay en los años 60 y 70, es quizás el intento de manipulación histórica más obsceno e irresponsable del siglo XX, por parte de las elites oligárquico imperialistas de ambas márgenes del Río de La Plata.

Durante el terrorismo de Estado en Uruguay, el “prócer” militar General Artigas fue vaciado de su ideario populista revolucionario y federal democrático, y restringido al héroe de un pequeño territorio, escamoteándolo de su relevante liderazgo político en la región litoral mesopotámica y rioplatense, precursor junto a San Martín y Simón Bolívar en la construcción de la Patria Grande.

De este lado del Río de La Plata el terrorismo de Estado en la Argentina también pretendió instalar al General San Martín como gran estratega militar, libertador de Chile y el Perú, y a su vez supuesto defensor del orden de los privilegiados y fundamentalmente enemigo de lo político popular.

Aquel José Artigas histórico, de carne y huesos sufridos, había sido muy claro en el respeto por la soberanía popular: “el despotismo militar será precisamente aniquilado con trabas constitucionales que aseguren inviolable la soberanía de los pueblos”. Establecido como artículo 19 en las Instrucciones del año XIII.

Nota

Y una de las primeras medidas fue el fusilamiento de oficiales del directorio porteño luego de la batalla de El Espinillo, – 22/02/1814 – por haber abusado de mujeres indefensas, sometido a malos tratos y asesinado a un patriota local Juan Castares en la ciudad de Gualeguay, durante la invasión de las tropas porteñas, santafesinas y el batallón de pardos y morenos de Punta Gorda (actual Diamante Entre Ríos) al mando del Barón de Holmberg.

San Martín, al igual que Artigas, había sido muy preciso y estricto en la conducta de los hombres y las armas del ejército. ’La patria no hace al soldado para que la deshonre con sus crímenes, ni le da armas para que cometa la bajeza de abusar de estas ventajas ofendiendo a los ciudadanos con cuyos sacrificios se sostiene”, Y agregó en Perú: (…) la presencia de un militar afortunado es temible a los estados que de nuevo se constituyen…el general San Martín jamás desenvainará la espada contra sus hermanos, sino contra los enemigos de la independencia de la América del Sur”.

Artigas enfrentó junto a los pueblos de la región litoral mesopotámica y rioplatense y las provincias del interior al colonialismo español, a las invasiones del imperio esclavista de Portugal instalado en Brasil y casi en simultáneo al centralismo porteño con su visión oligárquica, clasista y eurocéntrica, por lo tanto racista y patriarcal. Su accionar al frente de los pueblos en armas en el cual los afroamericanos esclavizados y sus mujeres eran libres por integrarse, y los indígenas americanos disfrutaban la igualdad con los blancos, – por tener “el principal y antiguo derecho sobre estas tierras”, según sus propias palabras – derrotó el autoritarismo de los directorios porteños y provocó la caída de la dictadura de Carlos de Alvear.

San Martín confrontó y desobedeció al unitarismo porteño, desconociendo la orden de abandonar la lucha con los realistas y traer su ejército a combatir contra el artiguismo en el litoral.

Basta analizar la clara contradicción de origen de los proyectos políticos económicos de las élites impulsoras y beneficiarias de las dictaduras oligárquicas e imperialistas que utilizaron el terrorismo de Estado en ambos márgenes del Plata y el ideario de Artigas, y San Martín como referentes de las luchas colectivas de Los Pueblos Libres y la Gobernación de Cuyo núcleos fundacionales de la Independencia de las Provincias Unidas en América del Sur.

Copyright © Neo Net Digital (Hosting y Streaming Profesional | CoverNews by AF themes.