Maru Botana: “Mi hija trabaja de empleada doméstica”
A ninguna madre le resulta fácil asimilar el hecho de que sus hijos se puedan ir del país.
Maru Botana es muy clara en dar a entender que preferiría que sus descendientes se quedaran en la Argentina, pero aseguró que tampoco está dispuesta a cortarles las alas.
La cocinera tuvo ocho hijos con Bernardo Solá, que son Agustín, Lucía, Matías, Sofía, Santiago, Facundo (fallecido en 2008), Juan Igancio y María Inés. Y ya tuvo que pasar por esa situación en dos oportunidades: primero con el mayor y, ahora, con la segunda.
“Ya lo tuve a Agus nueve meses afuera. Y siento que los chicos hacen esos cambios. Hoy, por ejemplo, la tengo a Luci que tiene 21 viviendo en Hawaii. Se quedó como cuatro meses y ya es el segundo año que lo hace. Va a trabajar de empleada doméstica. Y ella está feliz”, dijo en diálogo con Si pasa, pasa, en Radio Rivadavia.
Frente a la sorpresa de los conductores del ciclo, añadió: “Soy una mamá muy abierta”.
¿Cómo se le ocurrió a la joven mudarse allí? “Nosotros fuimos a Hawaii cuatro años porque es un lugar que a mí me gusta muchísimo. Yo siempre traté de viajar mucho. Y por eso estas cosas también son importantes, porque con este familión no solo es un bolonqui sino también un tema económico. Así que tratamos de hacer cosas cuidando eso. Y Hawaii fue un lugar que nos re cautivó, porque la gente hace la de uno y no se está fijando en el otro. Y se ve que a ella le llegó eso por su personalidad. Ya el año pasado se fue con unas amigas, que eran como siete u ocho. Y este año también”, explicó Maru.
Luego continuó: “Ella elige eso. En diciembre se va y se queda allá instalada, feliz, trabajando de empleada doméstica y viendo los paisajes. Y a mí me encanta porque es una forma de independizarse también”.
¿Cuánto cobra Lucía por su labor? “Gana 40 dólares la hora”, respondió risueña Botana.
Maru reconoció que Lucía estaba estudiando Diseño Gráfico en la Argentina y que le iba muy bien en su carrera.
“Es una capa”, dijo, pero explicó: “Siempre en mi vida desee tener hijos fuertes, independientes y felices. Y es lo que quiero. A Agus le agarró la pandemia cuando estaba en Bélgica y no sabía cuándo iba a poder viajar. Estaba solo en un departamento. Y yo le dije: ‘No vuelvas’. Así que se fue a Barcelona y se quedó ahí”.