Rebord carga con ironía contra los Menem por escándalos de corrupción

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En su programa Hay Algo Ahí en Blender, Tomás Rebord abrió con un editorial cargado de sarcasmo y crítica, apuntando directamente a Martín y Lule Menem, envueltos en recientes escándalos de corrupción.

Con un tono mordaz, el conductor cuestionó la defensa de ambos, quienes rechazan ser juzgados “por su apellido”. Rebord, lejos de suavizar su mensaje, los desafió con una frase contundente: “Honren su apellido, hagan algo grande, como volar una ciudad, no se queden con el 3% de los discapacitados”, en alusión a las acusaciones de malversación de fondos destinados a sectores vulnerables.

El comentario de Rebord no solo buscó ironizar sobre los Menem, sino también conectar los escándalos actuales con el legado de corrupción asociado al expresidente Carlos Menem. La referencia a “volar una ciudad” remite a los grandes casos de los años 90, contrastándolos con lo que el conductor considera un delito menor, pero igualmente grave, como el supuesto desvío de recursos para personas con discapacidad. Este enfoque, mezcla de humor negro y denuncia, resonó fuertemente entre los televidentes y generó un inmediato impacto en las redes.

El momento de la denuncia no parece casual: con las elecciones acercándose, los escándalos toman una dimensión política aún mayor. Rebord destacó la precisión con la que estas acusaciones golpean al gobierno, señalando que “parecen un guion perfecto” para dañar la imagen del oficialismo. Los nombres de Diego Spagnuolo, Eduardo “Lule” Menem, Karina Milei y Martín Menem, mencionados en el caso, refuerzan la narrativa de un entorno presidencial bajo escrutinio.

El conductor no se limitó a la crítica directa, sino que también instó a los Menem a “subir el nivel” de sus acciones, en un tono que oscila entre la burla y la provocación. Este desafío, aunque irónico, puso el foco en la seriedad de las acusaciones: el mal uso de fondos públicos y los privilegios de ciertos funcionarios. Rebord logró así captar la atención de la audiencia, combinando entretenimiento con un llamado a reflexionar sobre la corrupción y su impacto en los sectores más vulnerables.

El editorial, que rápidamente se viralizó, no solo reavivó el debate sobre la transparencia en la gestión pública, sino que también consolidó el estilo de Rebord como un comunicador que no teme cruzar líneas para exponer problemas estructurales. Mientras las investigaciones avanzan, el impacto de estas denuncias seguirá resonando, especialmente en un contexto electoral donde cada escándalo puede inclinar la balanza política.