Sector agropecuario rechaza medidas sanitarias improvisadas en la Patagonia

El presidente de la Sociedad Rural Argentina, Nicolás Pino, cuestionó duramente la forma en que el gobierno implementó -y luego suspendió temporalmente- la flexibilización de restricciones sanitarias para el ingreso de carne con hueso y material genético a la Patagonia. “No es por acá, así no”, afirmó el dirigente durante su participación en la Exposición de Puerto San Julián, Santa Cruz, refiriéndose a la medida tomada sin consulta previa al sector productivo.
Pino destacó que este tipo de decisiones improvisadas generan incertidumbre en un sector que planifica a largo plazo. “Producimos siempre pensando en el futuro, y medidas como estas crean angustia y entorpecen nuestra actividad”, expresó. Si bien reconoció que las autoridades finalmente escucharon los reclamos del sector al suspender la medida por 90 días, insistió en la necesidad de establecer mesas de diálogo con fundamentos técnicos sólidos.
El malestar se extendió a las cabañas bovinas patagónicas, donde 30 establecimientos expresaron su “gran preocupación y decepción” a través de un manifiesto. Señalaron que la posible apertura pone en riesgo décadas de trabajo para mantener a la región libre de fiebre aftosa, un estatus sanitario que les permitió desarrollar una genética de alto valor y acceder a mercados exclusivos como Chile.
Los cabañeros destacaron el crecimiento exponencial del sector, que pasó de 15 a más de 70 establecimientos especializados en genética patagónica. “Estas medidas amenazan nuestro patrimonio productivo y comercial”, advirtieron, explicando que la Patagonia es actualmente la única región argentina que puede exportar material genético y animales en pie a países con altos estándares sanitarios.
En su declaración final, los productores pidieron al gobierno trabajar para que toda Argentina alcance el estatus de libre de aftosa sin vacunación, siguiendo el ejemplo de otros países del Mercosur. “No destruyamos lo logrado. Nos preocupa perder todo este capital sanitario y comercial por falta de políticas coherentes que apoyen la producción”, concluyeron, marcando su disposición al diálogo pero exigiendo ser considerados en decisiones que afectan directamente su actividad.