Volcán de Islandia ¿Qué pasa, qué riesgos hay, cuántas veces ha hecho erupción?

Islandia declaró el estado de emergencia y ha instado a más de 3.000 residentes a evacuar la pequeña ciudad costera de Grindavík, ya que las autoridades del país prevén la inminente erupción de un volcán en su península suroccidental.

Los científicos que vigilan la situación, incluidos los de la Oficina Meteorológica de Islandia, observaron el domingo cambios en la situación que podrían indicar que “el magma se está acercando a la superficie”, y concluyeron este lunes que “la mayor zona de afloramiento de magma” se encuentra en un área de 3,5 kilómetros al noreste de Grindavík.

Entonces, ¿qué sabemos de esta posible erupción, cuáles son sus riesgos, cómo podría afectar a los viajes y por qué Islandia, una isla de apenas 103.000 kilómetros cuadrados, es el centro de tanta actividad sísmica?

¿Qué pasa si el volcán entra en erupción?

Islandia se enfrenta a acontecimientos que sus 360.000 habitantes “no habían vivido antes, al menos desde la erupción del Vestmannaeyjar”, declaró el viernes la Agencia de Protección Civil del país, en referencia a una erupción de 1973 que comenzó sin previo aviso y destruyó 400 viviendas.

Un corredor de magma de 15 kilómetros de largo se extiende ahora desde el noroeste de Grindavík hasta el océano Atlántico, según la Agencia de Protección Civil, que utilizó modelos construidos a partir de datos recogidos en la zona el sábado.

El magma es una mezcla de roca fundida y semifundida bajo la superficie de la Tierra que puede provocar una erupción cuando encuentra su camino hacia la superficie, convirtiéndose en lava.

ISLANDIA actividad volcánica
Vista general de los daños causados por la actividad volcánica en un campo de golf de Grindavík el sábado. Crédito: Ragnar Visage/RUV/Reuters

Si el magma entra en erupción bajo el mar, será más explosivo que si lo hace en tierra, según los expertos, aunque una erupción en tierra sería una amenaza mayor para el propio Grindavík.

“Podría volverse explosivo si el magma interacciona con el agua del mar”, afirmó en un comunicado Michele Paulatto, investigador del Imperial College de Londres.

“Si entra en erupción bajo el mar, podría causar una erupción surtseyana similar a la que ocurrió en 1963, también en Islandia, y creó la isla de Surtsey. Esa erupción en concreto duró varios años, así que es una posibilidad”, añadió.

Bill McGuire, profesor emérito de Riesgos Geofísicos y Climáticos del University College de Londres, dijo en un comunicado que “no hay razón, actualmente, para pensar que esta erupción será especialmente grande”, aunque señaló que “es notoriamente difícil pronosticar cuán grande será una erupción”.

“La ciudad evacuada de Grindavík está muy cerca de la posición de la nueva fractura, y su supervivencia está lejos de estar asegurada”, añadió. “Todo depende de dónde llegue finalmente el magma a la superficie, pero la situación no pinta bien para los residentes de la ciudad”.

Todavía existe la posibilidad de que el magma no llegue a la superficie. Como señaló en un comunicado Dave McGarvie, vulcanólogo de la Universidad de Lancaster, Reino Unido, “no todos los canales llegan a la superficie para formar erupciones… quizá solo uno de cada tres o cuatro”.

Y añadió: “El mejor de los casos es que esto le ocurra al canal de 15 km de largo que se acaba de formar, y que simplemente se enfríe y solidifique, y no entre en erupción”.

Sin embargo, algunos efectos de la actividad sísmica ya son evidentes. Las carreteras de la zona han registrado daños a consecuencia de los sismos, y la administración de carreteras islandesa ha compartido fotos en las redes sociales de asfalto desmoronado, aceras rotas y grietas en las carreteras.

Después de que los científicos dijeran que no podían descartar que el canal de magma llegara a Grindavík, la Agencia de Protección Civil evacuó la ciudad el viernes por la noche, aunque el domingo se permitió a algunos residentes volver a una zona con escolta policial para recuperar mascotas y artículos de primera necesidad.

La famosa Laguna Azul, un balneario geotérmico a unos siete kilómetros al norte de Grindavík que atrae a los turistas a sus aguas humeantes, cerró el jueves por precaución.

“Las emanaciones tóxicas son realmente preocupantes, sobre todo el dióxido de azufre, que puede ser corrosivo y causar problemas respiratorios”, añadió Paulatto. “No es algo de lo que tengamos que preocuparnos en el Reino Unido, pero la población local y los turistas pueden verse afectados dependiendo de la dirección predominante del viento”.

Nota con información de CNN