La devaluada figura del Jefe de Gabinete de Ministros: Guillermo Francos, “el 22”

En el contexto político argentino, la figura del Jefe de Gabinete ha sido objeto de análisis y debate a lo largo de las últimas décadas.

Desde su creación a partir de la Reforma Constitucional de 1994, veintiún funcionarios han ocupado este cargo, con el entrante Guillermo Francos siendo el número veintidós.

Sin embargo, la permanencia en esta posición ha variado significativamente, y algunos datos resultan sorprendentes.

1. Breve Historia y Paradojas:

  • El primer Jefe de Gabinete, Eduardo Bauzá (1995-1996), ostenta la marca de menor permanencia con 275 días.
  • Nicolás Posse, el último en funciones (2023-2024), también registra una breve gestión de 169 días.
  • En contraste, Alberto Fernández acumuló un total de 1886 días en el cargo, abarcando las presidencias de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner.

2. Desafíos y Cambios Recientes:

  • La relación entre el Jefe de Gabinete y los gobernadores ha sido esencial. Guillermo Francos, al asumir, decidió centralizar competencias bajo su órbita, lo que podría interpretarse como una maniobra para retener y ejercer ambas funciones.
  • Aunque el promedio de duración en el cargo es de 585 días, las últimas presidencias han visto una disminución notable en la permanencia. Santiago Cafiero, Juan Manzur, Agustín Rossi y Nicolás Posse han tenido gestiones más breves.

3. Ausencia Femenina:

  • A pesar de los avances en igualdad de género, ninguna mujer ha ocupado la Jefatura de Gabinete en casi 29 años de funcionamiento. Esto contrasta con los discursos a favor del cupo femenino en la función pública.

4. Rol Institucional y Debilidades:

  • En la práctica, la Jefatura de Gabinete se asemeja a un ministerio más. Aunque se le atribuye un papel relevante en una democracia semiparlamentaria, su poder real es limitado.
  • En un sistema hiperpresidencialista, el Presidente sigue siendo la figura central, mientras que el Jefe de Gabinete actúa como un ministro coordinador sin autoridad para impartir órdenes a otros ministros.

En resumen, la figura del Jefe de Gabinete ha perdido brillo y prestigio a lo largo de su recorrido, y su papel real dista de las expectativas iniciales de los convencionales constituyentes. A pesar de los desafíos, Guillermo Francos enfrenta la tarea de mantener y revitalizar esta posición clave en el gobierno argentino.