Una emergencia conmocionó al Reino Unido este domingo, cuando un avión de pasajeros se estrelló poco después de despegar del aeropuerto London Southend, ubicado en Essex.
La aeronave, un Beech B200 con destino a Lelystad (Países Bajos), cayó abruptamente, generando una gran bola de fuego que alarmó a los residentes cercanos.
La Policía de Essex intervino rápidamente y emitió un comunicado advirtiendo a la población que evite acercarse al área afectada. Las autoridades ordenaron la evacuación de dos clubes cercanos —el Rochford Hundred Golf Club y el Westcliff Rugby Club— como medida de precaución ante la magnitud del accidente. El incendio generó una imponente columna de humo visible a varios kilómetros.
Medios locales y especializados en tráfico aéreo indicaron que la aeronave siniestrada era utilizada como transporte médico, aunque esa versión aún no fue confirmada oficialmente. Sky News reportó que el impacto provocó una explosión intensa, y las causas del accidente permanecen bajo investigación.
A raíz del siniestro, todas las operaciones del aeropuerto fueron suspendidas. La aerolínea EasyJet anunció desvíos y cancelaciones de vuelos programados a París, Alicante, Faro y Palma de Mallorca, afectando a cientos de pasajeros. El cierre del aeropuerto elevó la preocupación por la seguridad aérea en la región.
El suceso reavivó el debate sobre los protocolos de seguridad y el estado de las aeronaves en vuelos regionales. Mientras continúa el trabajo pericial en la zona, las autoridades británicas buscan esclarecer los motivos de la tragedia y asegurar que se tomen medidas para prevenir futuros accidentes similares.
