Después de casi tres décadas fuera de la segunda división del básquet nacional, Santa Paula de Gálvez volvió a brillar gracias al trabajo de Francisco Blanc, entrenador oriundo de Diamante.
Con dedicación y visión táctica, Blanc condujo al equipo a la Liga Argentina, marcando el cierre de un ciclo de esfuerzo constante iniciado en 2016.
La campaña fue tan intensa como emocionante. Blanc destacó la entrega de sus jugadores, quienes desde enero asumieron cada práctica con responsabilidad, cuidado personal y un profundo compromiso colectivo. En cada paso del torneo, el grupo evolucionó, fortaleció vínculos y alcanzó un alto nivel de juego que los llevó al éxito.
El impacto del ascenso se sintió en toda la ciudad. Al llegar a Gálvez tras el triunfo, el equipo fue recibido por una multitud que celebró el regreso de un histórico. Para Blanc, el momento fue revelador: se tomó conciencia del valor simbólico que tenía Santa Paula para la comunidad y del legado que estaban reconstruyendo.
El técnico entrerriano ya cuenta con cuatro ascensos en su carrera, incluyendo uno como asistente. En esta ocasión, el logro fue doble: llevar al Azul a lo más alto y consolidar una identidad de juego fiel a sus ideas. Para él, lo importante es que el equipo lo represente dentro de la cancha, más allá de los títulos.
Con la final ante Central Entrerriano por delante, Blanc reconoce que mantener la motivación tras haber cumplido el objetivo será un desafío. Pero también vislumbra un espectáculo vibrante entre dos conjuntos que juegan con dinamismo y lealtad. El básquet argentino recupera no solo un club emblemático, sino también a un líder que hace historia desde el banco.
Nota con información de UNO
