Un reconocimiento mundial para la lucha por los derechos humanos en Argentina
Mientras en el país resurgen expresiones negacionistas, el Comité de la UNESCO declaró al Museo Sitio de la Memoria ESMA como un bien que debe ser protegido por la humanidad toda. La historia de luchas para preservar el predio, la candidatura y los elogios internacionales al proyecto para sostener la memoria del genocidio perpetrado durante la última dictadura.
El 7 enero de 1998, el entonces presidente Carlos Menem decretó la demolición de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), el lugar donde funcionó el mayor centro clandestino de la última dictadura. Laura Bonaparte y Graciela Lois, una madre y una compañera de detenidas desaparecidas por el terrorismo de Estado, presentaron un recurso de amparo con el objetivo de impedir aquella decisión “horrorosa”, cosa que finalmente consiguieron. Años después vinieron la nulidad de las leyes de impunidad, la recuperación del predio de la Armada para constituir allí un Espacio para la Memoria, el juicio y castigo a los represores del grupo de tareas 3.3.2 y la instalación de un Museo de la Memoria en el Casino de Oficiales, en donde el esposo de Graciela, Ricardo, y se calcula otras 5 mil personas fueron mantenidas secuestradas, torturadas: la mayoría no fue vista nunca más con vida. Ese lugar, el Museo Sitio de Memoria ESMA, fue incorporado este martes al Patrimonio Mundial de la UNESCO.
“Es un reconocimiento y una protección no solo a este y a todos los otros lugares donde se torturó y desapareció gente en Argentina y en Latinoamérica, sino también al proceso de memoria, verdad y justicia que desarrolló Argentina en su completud”, evaluó el secretario de Derechos Humanos, Horacio Pietragalla Corti, después de la decisión del Comité de la UNESCO, en el marco de la 45° sesión de la organización, de convertir al Museo Sitio de Memoria ESMA en un bien protegido por la humanidad toda. “Todo eso, a partir de hoy, tiene resguardo universal. Quien quiera llevar adelante algún retroceso en esta materia, no va a poder”, subrayó en diálogo con Página/12. “Nada hubiera sido posible sin el recorrido de décadas de lucha de Madres, Abuelas, organismos de derechos humanos, familiares y sobrevivientes que sostuvieron desde un principio que lo que ocurrió en la ESMA fue y es un genocidio“.
En la ciudad de Riad, Arabia Saudita, en donde los países miembros de la UNESCO mantienen desde hace días su debate anual, Pietragalla Corti junto a la directora del Museo, María Marcela “Mayki” Gorosito, y la representante de Argentina ante el ente internacional, Marcela Losardo, continuaban horas después de conocerse la noticia recibiendo saludos y abrazos.
El presidente Alberto Fernández envió un mensaje grabado –se encuentra en Nueva York, en la asamblea de las Naciones Unidas– en el que agradeció la decisión. “En este año que cumplimos 40 años de la democracia, no puedo contarles la tranquilidad que me da que la Escuela de Mecánica de la Armada sea un sitio de memoria declarada por UNESCO para que nadie en Argentina pueda negar u olvidar el horror que se vivió allí”, dedicó el Presidente en su mensaje. “Tengan la certeza de que han hecho justicia”, les dijo a los países miembro del Comité que, por unanimidad, se expresaron a favor de incorporar al Museo a la lista de bienes protegidos por la humanidad.
También la vicepresidenta Cristina Fernández celebró la declaración del Museo de la ESMA como Patrimonio de la Humanidad: “En el año 2004 -evocó-, y en su primer 24 de marzo como presidente, Néstor Kirchner decidió recuperar para la memoria la ex ESMA”. La expresidenta recordó que “11 años” después, durante su mandato, inauguró el 19 de mayo de 2015 el Museo Sitio de Memoria ESMA junto a Estela Carlotto y la fallecida titular de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini. “Quiso Dios que justamente hoy -destacó CFK- también recibiéramos a Estela de Carlotto junto a Mary-Claire King”, la genetista “reconocida internacionalmente por la aplicación de la secuenciación del ADN para identificar a las víctimas de las violaciones a los derechos humanos”, creadora del llamado “índice de abuelidad”, “el marcador genético que permitió la identificación científica de los nietos y nietas apropiadas”.
Entre muchas otras voces que destacaron la distinción del Museo de la ESMA, el ministro de Economía y candidato presidencial de Unión por la Patria, Sergio Massa, resaltó que “simboliza el reconocimiento a un camino en defensa de los derechos humanos” y a un “liderazgo” de Argentina en la materia.
La historia del Museo
La instalación de un museo en el Casino de Oficiales fue planificada desde muchos años antes de su inauguración, en mayo de 2015, a partir de la expropiación del predio de la Armada en 2004 y su posterior resignificación en Espacio para la Memoria y la Promoción de los Derechos Humanos. El proyecto museográfico estuvo a cargo de la museóloga y antropóloga sobreviviente de la dictadura Alejandra Naftal, que dirigió la institución y acompañó el debate profundo que se dio entre diversos colectivos –de sobrevivientes, familiares, organismos de derechos humanos, investigadores y otres– sobre qué hacer para construir memoria colectiva sobre los crímenes de lesa humanidad sin revictimizar, reivindicar a les detenides desaparecidos y su lucha sin caer en una apropiación político partidaria.
Durante su inauguración, la entonces presidenta Fernández de Kirchner dijo que “la memoria, la verdad y la justicia no pueden quedar en manos de un presidente ni de un Parlamento ni de un Poder Judicial, es el pueblo el que se tiene que hacer cargo de las cosas que nos pasaron”. La aseveración podría hablar de la actualidad, de estos días en los que los discursos negacionistas, relativistas y apologistas de la dictadura resurgen, vigorosos. “Hoy aquí –dijo la expresidenta, de espaldas a la piel vidriada con el rostro de quienes fueron llevados a la ESMA y jamás regresaron– hay una victoria de la vida sobre la muerte, de la memoria sobre el olvido, de la patria sobre la antipatria”.
Como entonces, hoy el Museo Sitio de Memoria cuenta la historia del campo de concentración. Sin modificar la estructura del espacio –que sigue siendo prueba judicial– el recorrido museográfico lleva a quien se adentre en el lugar por el mismo camino que hacían los genocidas de la patota 3.3.2 con cada víctima: el sótano donde se ubicaban las salas de tortura y espacios de trabajo esclavo; Capucha y Capuchita, donde permanecían encerrades en condiciones inhumanas; la pieza de las embarazadas, donde mujeres cautivas parieron en la clandestinidad a sus bebés, que fueron entregades a integrantes de las fuerzas represivas o a sus allegados; la Pecera, espacio dedicado a trabajo esclavo; el Salón Dorado, donde los represores planificaron los delitos de lesa humanidad. Desde su apertura, han visitado el museo más de 400 mil personas. Hace muy poco se sumó la exhibición uno de los aviones Skyvan desde el que prisioneros de la ESMA fueron arrojades al mar.
Conflictos recientes
El Museo Sitio de Memoria ESMA es el primer sitio de memoria vinculado con conflictos recientes que la UNESCO incorpora a la lista de Patrimonio Mundial despues de algún tiempo durante el cual sus Estados miembros debatieron acaloradamente sobre su pertinencia o no con la distinción. Lugares como el campo nazi de concentración y extermino de Auschwitz-Birkenau, en Polonia; o el puente viejo de Mostar, en Bosnia-Herzegovina, integran el conjunto de bienes protegidos por el mundo, pero desde 2018 el Comité del organismo internacional se brindó a trabajar en pos de un consenso sobre las exigencias específicas que debían cumplir, de allí en más, espacios propuestos de este estilo, “para evitar manipulaciones políticas tanto a nivel nacional como internacional”, explican desde la Secretaría de Derechos Humanos. Ese acuerdo se alcanzó en enero de 2022 y el Museo que funciona en el centro clandestino de la ESMA es, en ese sentido, un “abreaguas” para el resto de los países. De hecho, en la audiencia de este martes, Japón, Bélgica y México lo destacaron como un ejemplo a seguir en la nueva etapa.
La conclusión del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios, a cargo de la evaluación del bien a ser reconocido, fue elogiosa: “El Estado argentino merece ser elogiado por haber presentado esta candidatura compleja, pero sobre todo por el proceso excepcional y doloroso que ha llevado a poder determinar la veracidad de los hechos, las responsabilidades y buscar justicia a los crímenes cometidos durante la dictadura militar contra los oponentes armados y no armados y disidentes. Es un proceso que sigue en curso hoy”, postularon. La candidatura del Museo Sitio de Memoria ESMA fue presentada formalmente ante la UNESCO en enero de 2022 con el objetivo de ser incluido en la lista de Patrimonio Mundial como el símbolo “más prominente” del terrorismo de Estado sucedido en la Argentina durante la última dictadura cívico militar.
El Plan de Trabajo que se dedicó a ese objetivo comenzó en 2019, y estuvo a cargo de Mayki Gorosito, actual directora del museo, quien consideró que la distinción obtenida significa “un reconocimiento del mundo” sobre “lo que sucedió en el centro clandestino, que allí se ejecutó un plan sistemático, que tuvo lugar el terrorismo de Estado basado en la desaparición forzada de personas, que se robaron bebés, que se robaron bienes, que se violó a personas y que todos aquellos fueron crímenes de lesa humanidad. Pero también ponderan el valor de los testimonios de los sobrevivientes ante la Justicia. La puesta museográfica de la institución, que es la manera en la que transmite a la ciudadanía lo que allí sucedió, está basada en esos testimonios”, remarcó Gorosito.
En diálogo con Página/12, Lois, la referente de Familiares de Desaparecidos Detenidos por razones políticas e impulsora junto a Bonaparte del amparo que impidió que Menem borrara de un plumazo la ESMA, recordó que “fue nuestro abogado Mario Ganora quien mencionó en el amparo a la UNESCO, y luego todas las instancias judiciales siguieron haciendo mención al asunto. Fue la puerta que posibilitó este planteo”. Pasaron 25 años de aquel amparo y a Lois le “parece mentira estar escuchando hoy planteos de que la memoria no es completa”. En ese sentido, la decisión de la UNESCO “es una demostración más de que lo que paso ahí dentro es real y es reconocido por el mundo. No es una historia parcial. Es la historia verdadera”.
La incorporación del museo al Patrimonio Mundial de la UNESCO fue definida por unanimidad por Arabia Saudita, Argentina, Bélgica, Bulgaria, Brasil, Catar, Egipto, Etiopía, Grecia, India, Italia, Japón, Malí, Nigeria, Omán, Ruanda, Rusia, San Vicente y las Granadinas, Sudáfrica, Tailandia y Zambia, las 21 representaciones rotativas del organismo internacional, conformado por 194 países más 12 Estados asociados.