Mercado Pago busca convertirse en el mayor banco digital de Latinoamérica con licencia en Argentina

La plataforma financiera Mercado Pago, perteneciente al grupo Mercado Libre, anunció que solicitará una licencia bancaria al Banco Central de la República Argentina (BCRA).

Este movimiento estratégico busca ampliar su alcance en el sistema financiero local, siguiendo el modelo ya implementado en Brasil y México, donde la compañía ya opera como entidad bancaria digital.

Con esta iniciativa, la fintech fundada por Marcos Galperín apunta a consolidarse como el principal banco digital de América Latina. “Queremos transformar la forma en que los usuarios interactúan con los servicios financieros”, afirmó Juan Martín de la Serna, presidente de Mercado Libre Argentina. La empresa planea desarrollar nuevas herramientas de inversión, créditos y soluciones digitales para fortalecer su ecosistema financiero.

Alejandro Melhem, vicepresidente senior de Mercado Pago para Hispanoamérica, destacó que este paso es “natural” en su expansión regional. “Buscamos simplificar las finanzas y llegar a más usuarios, especialmente a aquellos tradicionalmente excluidos del sistema bancario”, señaló. La compañía enfatiza su rol en la inclusión financiera, permitiendo que personas y PyMEs accedan a servicios como ahorros, pagos y préstamos de manera digital.

La solicitud de licencia bancaria representa un avance clave en la estrategia de Mercado Pago para competir con la banca tradicional. Su modelo 100% digital ya ha demostrado éxito en otros mercados latinoamericanos, donde ha logrado posicionarse como una alternativa accesible y eficiente para millones de usuarios.

De obtener la autorización del BCRA, la fintech podría ampliar aún más su impacto en la economía argentina, ofreciendo productos más sofisticados y consolidando su liderazgo en el sector fintech. Este movimiento refuerza su objetivo de democratizar las finanzas y convertirse en el principal referente de la banca digital en la región.

Fuga de capitales y presión cambiaria: El Banco Central pierde USD 475 millones en un solo día


En un contexto de creciente incertidumbre económica, el Banco Central registró este viernes una significativa salida de divisas, perdiendo USD 475 millones de sus reservas.

Esta cifra representa la segunda mayor venta de dólares durante el mandato de Javier Milei, solo superada por la operación del 27 de diciembre pasado, cuando se vendieron USD 599 millones. Sin embargo, a diferencia de aquella ocasión, esta vez no hubo vencimientos de deuda que justificaran tal movimiento, lo que ha encendido las alarmas sobre la estabilidad financiera del país.

La situación en el Mercado Único y Libre de Cambios (MULC) se ha tornado crítica. La demanda de dólares provino principalmente de tenedores de deuda comercial exigible, en su mayoría importadores que liquidaron los Bonos para la Reconstrucción de la Economía Argentina (Bopreal). Estos bonos, creados por el ministro de Economía, Luis Caputo, buscaban reestructurar la deuda con los importadores, que actualmente supera los USD 20 mil millones. Sin embargo, la falta de confianza en la política económica ha llevado a muchos a retirarse del mercado.

Según analistas, la desaceleración de la inflación y la reducción del crawling peg al 1% habían hecho atractivo mantener inversiones en pesos. No obstante, el reciente estancamiento en la baja de la inflación, sumado a la incertidumbre sobre la capacidad del gobierno para sostener el tipo de cambio, ha cambiado el panorama. “Nadie cree que el gobierno pueda mantener la paridad actual”, explicó un operador financiero a La Política Online, destacando que la falta de credibilidad en las políticas oficiales está impulsando la fuga de capitales.

Además, los informes de grandes bancos de Wall Street, como JP Morgan, Bank of America y Citibank, han anticipado una posible devaluación, lo que ha exacerbado la desconfianza en el mercado. A esto se suma la demora en la firma de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), a pesar de las reiteradas declaraciones de Caputo sobre un cierre inminente. El organismo internacional ha presionado al gobierno para que avance hacia un sistema de flotación cambiaria, un paso que implicaría una devaluación de la moneda local.

En resumen, la combinación de una inflación que no cede, la falta de confianza en las políticas económicas y la presión externa por una devaluación han creado un escenario de alta volatilidad. La fuga de capitales y la pérdida de reservas del Banco Central reflejan un panorama económico cada vez más complejo, que podría profundizarse si no se toman medidas urgentes para restaurar la confianza en el mercado.

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