Acuerdo salarial en Entre Ríos: ATE y UPCN avalan propuesta del Gobierno

En una jornada cargada de expectativas, el gobierno de Entre Ríos logró cerrar una nueva negociación paritaria con los gremios estatales ATE y UPCN.

Tras un encuentro matutino que dejó gusto a poco, se pasó a un cuarto intermedio en busca de una mejora en las condiciones ofrecidas. Al retomar el diálogo pasado el mediodía, la administración provincial presentó una propuesta ajustada que finalmente fue aceptada por las entidades gremiales.

La oferta inicial contemplaba una suma fija de $35.000 mensuales para empleados activos, no remunerativa ni bonificable, por tres meses. Sin embargo, los sindicatos plantearon la necesidad de aumentar el monto y extender el beneficio a trabajadores jubilados. Esta demanda fue escuchada y derivó en una segunda propuesta más inclusiva: $50.000 mensuales para activos y $25.000 para pasivos, con el mismo carácter y plazo.

Según la directora de Asuntos Políticos, Fanny Maidana, el acuerdo responde a una urgencia del sector laboral sin comprometer la sustentabilidad financiera de la provincia. Destacó que estas asignaciones extraordinarias no serán acumulables y se pagarán con los haberes de julio, agosto y septiembre, mientras se prevé retomar las conversaciones en la última semana de septiembre.

Los gremios valoraron positivamente el avance logrado, especialmente por el impacto en los trabajadores con menores ingresos. El gobierno estima que la mejora representa hasta un 6% de incremento en algunos casos, superando la inflación y ofreciendo alivio temporal en medio de un contexto económico complejo.

Aunque el entendimiento alcanzado marca un paso importante, quedaron temas pendientes, como el instructivo para las recategorizaciones. En agosto, ambas partes volverán a la mesa de negociación para comenzar ese trabajo y profundizar en otros aspectos de la relación laboral.

Marcha de jubilados en Concepción del Uruguay


Un grupo de jubilados de Concepción del Uruguay, acompañado por representantes de movimientos sociales, políticos y gremiales, se congregó la noche del miércoles al pie de la pirámide de Plaza Ramírez.

Como parte de una protesta semanal, los manifestantes exigieron una urgente recomposición de sus haberes jubilatorios y pensiones, destacando las dificultades económicas que enfrentan en su vida cotidiana. La movilización contó con la presencia de trabajadores de Tres Arroyos y sus familias, quienes se sumaron al reclamo en solidaridad con los adultos mayores.

Durante la concentración, los participantes expresaron su preocupación por el deterioro del poder adquisitivo de sus ingresos, que les impide cubrir necesidades básicas como medicamentos, alimentos y servicios. “No podemos vivir con lo que recibimos”, afirmó uno de los asistentes, reflejando el sentimiento generalizado entre los presentes. La protesta se enmarca en un contexto nacional de creciente malestar social por la inflación y la falta de respuestas concretas a las demandas de los sectores más vulnerables.

Mientras tanto, en la Ciudad de Buenos Aires, la situación tomó un cariz más violento durante una masiva marcha que reunió a miles de personas. La represión policial dejó como saldo a un fotógrafo gravemente herido tras recibir un impacto en la frente. El profesional fue trasladado de urgencia a un hospital, donde se encuentra luchando por su vida. Este incidente ha generado indignación y condena por parte de organizaciones de derechos humanos y medios de comunicación.

Los hechos ocurridos en ambas ciudades reflejan la escalada de tensiones en un contexto de reclamos sociales cada vez más urgentes. Mientras los jubilados de Concepción del Uruguay mantienen su lucha pacífica pero firme, los episodios de represión en la capital nacional han encendido las alarmas sobre el uso desmedido de la fuerza en las manifestaciones.

Las protestas continuarán en las próximas semanas, según adelantaron los organizadores, quienes exigen al gobierno nacional medidas inmediatas para mejorar las condiciones de vida de los jubilados y pensionados. Mientras tanto, la sociedad observa con preocupación cómo se desarrollan estos conflictos, que ponen en evidencia las profundas desigualdades y la necesidad de diálogo para encontrar soluciones concretas.

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